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Según la FAO, más de 800 millones de personas en el mundo viven con menos de 1.90 USD al día. Es decir, el 10% de la población mundial.

690 millones de personas sufren hambruna. La pandemia del coronavirus ha contribuido a aumentar esta cifra, sumando entre 75 y 95 millones de personas más, según datos del Banco Mundial.

Considero que la inflación será otro factor negativo y puede tener un impacto devastador en las familias pobres. Una persona promedio de un país de ingreso bajo gasta alrededor del 67% de sus recursos en alimentos, mientras que una persona promedio de un país de ingreso alto, gasta cerca de un 25 %.

La crisis derivada de la guerra en Ucrania también ha impactado las economías de Latinoamérica. Según un informe reciente de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe -CEPAL-, los países de la región se encuentran ante una desaceleración de la actividad económica, una lenta y desigual recuperación de los mercados laborales y una mayor presión inflacionaria (especialmente en alimentos y energía).  Situación que aumentará los niveles de pobreza e inseguridad alimentaria. Los países de América Latina y el Caribe deben fortalecer con urgencia sus políticas públicas para enfrentar esta crisis.

De acuerdo con el informe, la pobreza aumentaría de 29,8% en 2018 a 33,7% en 2022 y la pobreza extrema se incrementaría de 10,4% en 2018 a 14,9% este año. Esto implica que 7,8 millones de personas estarán en riesgo de caer en inseguridad alimentaria, cifra que se sumaría a los 86,4 millones que actualmente se enfrentan a esta situación en la región.

En mi blog anterior mencionaba que la educación es clave en la reducción de la pobreza. Sin embargo, la lucha contra la desnutrición y el hambre cero, también son factores relevantes para disminuir la pobreza. No es casualidad que los días internacionales de la Alimentación y de la Erradicación de la Pobreza se celebran en fechas seguidas (16 y 17 de octubre).

El Objetivo de Desarrollo Sostenible #1 que plantea reducir la tasa mundial de pobreza a menos del 3 % para 2030, será imposible alcanzarlo, debido a las condiciones actuales, a menos que los países tomen medidas rápidas y significativas.

Es responsabilidad de los gobiernos, empresarios y ciudadanos ayudar a mejorar los índices de desarrollo humano al bajar las tasas de desnutrición, baja escolaridad, etc.

Las empresas podemos unir esfuerzos para ayudar a bajar esos índices. No es suficiente pagar salarios mínimos, sino es necesario pagar salarios justos que garanticen la manutención de una familia de forma digna. También se pueden implementar programas, de la mano con actores locales, para llevar desarrollo a las comunidades y empoderar a sus habitantes.

En AgroAmérica hemos realizado esfuerzos en los países donde operamos (Guatemala, México, Ecuador, Perú y Panamá) para contribuir a la reducción de la pobreza y hambre cero. Desde hace varios años venimos realizando estudios para pagar salarios dignos a nosotros trabajadores. Contamos con una alianza con la Universidad de Colorado para llevar a cabo programas de nutrición y capacitación a madres para ayudarlas a mejorar la nutrición de su familia, especialmente de los niños de 0 a 3 años. También apoyamos a las escuelas del área de influencia (Guatemala, Ecuador y Perú); donamos bananos para la merienda diaria de los niños, dadas las propiedades nutricionales de la fruta. Más recientemente nos unimos a la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición en Guatemala que busca disminuir las tasas de desnutrición en el país y dar acceso a alimentos sanos y nutritivos. Comparto el Reporte de Sostenibilidad 2021 de AgroAmérica para aquéllos que tuvieran interés en conocer todos nuestros programas o replicarlos. Será un gusto apoyarlos y compartir las lecciones aprendidas.

En lo individual, también podemos aportar nuestro granito de arena. Estas son algunas ideas que me vienen a la mente:

  • Hacer voluntariado con instituciones que ayudan a erradicar la pobreza.
  • Donar tiempo capacitando a grupos de personas que no tengan posibilidades de pagar estudios, como redacción de currículos, preparación para entrevistas de trabajo, informática, finanzas, etc.
  • Promover el debate de estos temas en redes sociales para buscar soluciones y generar acciones.

Los invito a aportar más ideas y a continuar reflexionando sobre posibles soluciones locales y globales, para que tanto gobiernos, empresas y ciudadanos podamos ser parte del cambio en 2030.