Hace dos años, escribí un blog sobre el desperdicio de alimentos, donde mencioné que el 31% de los alimentos producidos en el mundo se desperdicia. Esto equivale a aproximadamente 1,300 millones de toneladas de frutas, verduras, carnes, lácteos, mariscos y granos. Con esta cantidad de alimentos, podríamos satisfacer el hambre de millones de personas y contribuir a la seguridad alimentaria. Además, el desperdicio de alimentos genera aproximadamente el 8% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero.
En AgroAmérica, decidimos adoptar la certificación Upcycled hace dos años. Esta certificación reconoce a las empresas que transforman los excedentes de alimentos en productos reciclados y saludables, evitando su desperdicio y los efectos negativos medioambientales y socioeconómicos. Desde entonces, hemos innovado y optimizado la producción de bananos, transformando el excedente en ingredientes alimentarios reciclados, como puré, hojuelas y harina de banano. De esta manera, no solo contribuimos a la seguridad alimentaria y al medio ambiente, sino que también apoyamos el Objetivo de Desarrollo Sostenible 12.3 de las Naciones Unidas: reducir en un 50% el desperdicio de alimentos.
Desde el punto de vista económico, el desperdicio de alimentos representa una pérdida significativa a lo largo de toda la cadena de suministro, afectando tanto a los productores como a los consumidores. Esta pérdida se traduce en un derroche de recursos como la tierra, el agua y la energía, contribuyendo al agotamiento de los recursos naturales y aumentando la presión sobre el medio ambiente.
Además, el desperdicio de alimentos tiene implicaciones éticas y sociales, exacerbando la inseguridad alimentaria y resaltando las desigualdades en la distribución y acceso a los recursos alimentarios.
AVANCES
En los últimos años, se han logrado avances significativos en la reducción del desperdicio de alimentos a través de diversas iniciativas y enfoques:
Políticas y Regulaciones
- Unión Europea: La UE ha propuesto la adopción de objetivos nacionales de reducción del desperdicio de alimentos, en línea con su Plan de Acción para la Economía Circular. Se estima que la implementación de estas políticas podría evitar la pérdida de 47 millones de toneladas de alimentos para 2030.
- Italia: En 2016, Italia aprobó una ley que facilita la donación de alimentos no vendidos por parte de supermercados y tiendas, simplificando los procesos burocráticos y proporcionando incentivos fiscales. Desde entonces, las donaciones han aumentado un 20%.
Tecnología e Innovación
- Sensores y Monitoreo: La implementación de tecnologías de sensores para monitorear la frescura y las condiciones de almacenamiento de los alimentos ha reducido las pérdidas postcosecha en un 30% en algunas regiones agrícolas.
- Plataformas Digitales: Aplicaciones móviles como Too Good To Go han salvado más de 100 millones de comidas a nivel mundial desde su lanzamiento, evitando que estos alimentos terminen en la basura.
Campañas de Concientización
- Reino Unido: La campaña Love Food Hate Waste ha contribuido a una reducción del 21% en el desperdicio de alimentos en los hogares británicos desde 2007.
- Estados Unidos: La campaña Save The Food, lanzada por el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC) y la Ad Council, ha alcanzado a millones de consumidores con mensajes sobre la reducción del desperdicio de alimentos, aumentando la conciencia y cambiando comportamientos.
Donaciones y Recuperación de Alimentos
- Bancos de Alimentos: Los bancos de alimentos en Estados Unidos han incrementado la cantidad de alimentos recuperados en un 70% en la última década, distribuyendo más de 4.2 mil millones de comidas al año.
- Recuperación en Eventos: Iniciativas como Food Recovery Network han recuperado más de 3 millones de libras de alimentos de eventos universitarios y comunitarios en Estados Unidos, que de otro modo habrían sido desperdiciados.
Innovaciones en Envasado y Conservación
- Empaques Inteligentes: Se ha demostrado que los empaques inteligentes, que cambian de color para indicar la frescura de los alimentos, pueden reducir el desperdicio en el sector minorista en un 15-20%.
- Conservación Avanzada: Técnicas de conservación avanzadas, como la atmósfera modificada y la refrigeración ultrarrápida, han ayudado a prolongar la vida útil de productos perecederos en un 50%, reduciendo así el desperdicio en la cadena de suministro.
Economía Circular
- Conversión de Residuos en Energía: Las plantas de biogás en Europa han convertido 15 millones de toneladas de residuos alimentarios en energía limpia en 2020, proporcionando electricidad y calor a miles de hogares.
- Upcycling: Empresas certificadas por Upcycled Food Association han reciclado más de 100 millones de libras de alimentos sobrantes en productos nuevos, como snacks saludables y suplementos nutricionales.
Colaboraciones y Alianzas
- Coalición Champions 12.3: Esta coalición global de líderes empresariales, gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil trabaja para acelerar el progreso hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible 12.3, que busca reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita a nivel mundial para 2030. La coalición ha facilitado colaboraciones que han llevado a una reducción del desperdicio del 10-15% en varias regiones piloto.
- Proyectos Piloto en Ciudades: Ciudades como Milán y Nueva York han implementado programas de reducción de desperdicio de alimentos que han resultado en una disminución del 20-25% en el desperdicio a nivel municipal.
Estos avances reflejan un esfuerzo global creciente para abordar el desperdicio de alimentos y promover prácticas más sostenibles y eficientes en la gestión de los recursos alimentarios.
DIFERENCIA ENTRE PÉRDIDA Y DESPERDICIO
Es importante destacar la diferencia entre pérdida y desperdicio de alimentos. Mientras que la pérdida se refiere a cualquier alimento que se pierde en la cadena de suministro debido a problemas en la producción, procesamiento o transporte, el desperdicio se refiere al descarte o uso alternativo no alimentario de alimentos que son nutritivos, seguros y aptos para el consumo humano. Reducir tanto la pérdida como el desperdicio de alimentos es fundamental para promover un uso más eficiente de los recursos naturales y mejorar la seguridad alimentaria a nivel mundial.
Además de reducir el desperdicio de alimentos, también podemos encontrar formas creativas de aprovechar al máximo los recursos disponibles. Por ejemplo, la cáscara de banano, que a menudo se descarta, puede utilizarse para fertilizar plantas, aliviar sarpullidos y comezón, alimentar animales e incluso pulir cuero y plata.
El desafío en el aprovechamiento de los alimentos no debería centrarse únicamente en producir más, sino en reducir tanto el desperdicio como la pérdida, para así alimentar a más personas.