Seleccionar página

Cada diciembre es una fiesta a los sentidos: luces, adornos, música, comida, reuniones, regalos y olor a pino y manzanilla. Para muchos es una época de alegría, para otros de nostalgia y para otros de reflexión.

Al acercarse el fin de año, soy de los que dedico tiempo a la reflexión. Evalúo cómo fue al año que se va, repaso las lecciones aprendidas y trazo metas y objetivos para el año que está a la puerta. Creo que la mayoría de las personas nos ponemos metas personales, como ir al gimnasio, adelgazar, leer más, etc, etc. Esto está bien, pero creo que podemos ir más allá.

Estamos a punto de comenzar un nuevo año, lleno de deseos y buenos propósitos. La clave es transformar esos propósitos en objetivos bien definidos y medibles para alcanzar nuestros sueños.

En el año 1953, investigadores de la Universidad de Harvard realizaron un estudio a un grupo de estudiantes. Se les preguntó cuántos de ellos tenían sus objetivos por escrito. Así como cuántos habían desarrollado un plan de acción para alcanzar dichos objetivos. Un 21 % de los alumnos encuestados reconocieron haber escrito sus objetivos, pero solamente un 3 % del total tenía por escrito, además de los objetivos, un plan de acción. Veinte años después, en 1973, se comprobó el progreso que habían hecho aquellos alumnos.

Los resultados que encontraron fueron sorprendentes. El 3% de alumnos que tenía sus objetivos por escrito y además un plan de acción desarrollado, tenían una vida más próspera, económicamente, que el 97 % restante de sus compañeros.

El Doctor ARI Kiev, en su libro Estrategia para la vida diaria indica:” El establecimiento de una meta es la clave para una vida de éxito. Desde el momento que las personas deciden concentrar sus esfuerzos en el logro de los objetivos y metas comenzaron a superar los obstáculos más difíciles”. Se ha comprobado que formular y alcanzar objetivos, mejora la calidad de vida de las personas y les permite hacer altos en el camino para evaluar en dónde están, hacia dónde van y hacer las enmiendas necesarias. Para ello se necesita el plan de acción, con un seguimiento mensual o trimestral. Lograr los objetivos y metas implica esfuerzo, dedicación y constancia.

Hay diferentes tipos de metas y objetivos. Pueden ser de tipo personal, social o profesional.

Recuerdo en una oportunidad, en la cual mi familia no estaba muy bien económicamente, mi mamá le pidió dinero a mi papá para darle regalos a los hijos de los trabajadores. Esto me impactó muchísimo: la generosidad y solidaridad de mi madre, sobre todo en tiempos difíciles en la familia. El aprendizaje fue que la solidaridad puede plantearse como objetivo, no importando las circunstancias en las que nos encontremos.

Otra de las lecciones que he aprendido con el tiempo, es a enfocarme en la gratitud. Agradecer por la vida, la salud, la familia, el trabajo, incluso los obstáculos, que me han enseñado a ser más fuerte, y por tantas otras cosas que muchas veces no valoraba. Hace poco me llegó un mensaje que me gustó mucho y decía algo así: “Entre más agradecido seas, más cosas que agradecer te llegarán.”

Quiero provechar este blog para agradecer a Dios por tantas bendiciones, a mi familia, que es lo más valioso que tengo; a los colaboradores de la empresa, que sin ellos no sería posible tener la compañía que tenemos; a los clientes, por confiar en nuestros productos, a los proveedores y a tanta gente que ha aportado a mi vida este año. Les deseo a todos felices fiestas, llenas de paz y un año 2023 con muchas siembras y cosechas de prosperidad, amor y felicidad y los motivo a seguir planteándose metas y objetivos para alcanzar sus sueños.