Seleccionar página

Mi padre, fundador de AgroAmérica, no solo sembraba frutas, sino también ideas y cultivaba sueños. Uno de sus mayores anhelos era llevar educación a las zonas rurales y contribuir a reducir la pobreza en las comunidades donde operamos. Ese sueño se hizo realidad hace 14 años, con la creación de la Escuela Mojarras, destinada a los hijos de los trabajadores de AgroAmérica en Retalhuleu, Guatemala.

«Estudien, trabajen duro, sean perseverantes y ayuden a los demás,» solía decirles, mi padre a sus nietos, palabras que también quedaron grabadas en mí y en mis hermanos. Con esta filosofía en mente, uno de los pilares fundamentales de nuestro programa de sostenibilidad corporativa es la educación. La «escuelita», como cariñosamente la llamábamos, fue nuestro primer proyecto de responsabilidad social empresarial.

Cada año, historias como la de Meily Aide Boche Gaspar nos llenan de orgullo e inspiran a seguir invirtiendo en la educación de los niños de las áreas donde operamos. Meily, una estudiante de cuarto grado en la Escuela Mojarras es un ejemplo vivo de cómo la educación puede transformar vidas. Con apenas 10 años, ya se destaca por su liderazgo y su compromiso con su comunidad, participando activamente en el Gobierno Escolar de su escuela.

Este año, Meily compitió en el concurso de lectura del programa ERA de Funcafé, un evento regional donde diversas escuelas ponen a prueba las habilidades de sus estudiantes. Con su amor por la lectura y una determinación inquebrantable, ganó el tercer lugar en su categoría, un logro que refleja el impacto de la educación de calidad en su vida.

Pero Meily sueña en grande. No solo quiere destacar en la escuela, sino que aspira a ser azafata de vuelo para conocer el mundo y descubrir otras culturas. «Quiero viajar a muchos países, hablar con personas de diferentes lugares y aprender de sus costumbres», nos cuenta con una sonrisa llena de ilusión. Su historia es un recordatorio de que la educación no solo abre puertas, sino que despierta sueños que trascienden fronteras.

En la Escuela Mojarras, no solo se enseña a leer y escribir; se inculcan valores de liderazgo y habilidades para la vida. La escuela se mantiene al día con los últimos avances educativos, utilizando una metodología centrada en la inmersión del estudiante y su conexión con la comunidad. Los padres también juegan un rol clave en este proceso, involucrándose en la educación de sus hijos, lo que ha llevado a notables mejoras en el rendimiento académico. Como resultado, se fundó la «Escuela para Padres», un proyecto que ha recibido reconocimiento local e internacional por su enfoque integral.

Niños beneficiados

Nuestro compromiso con la educación infantil no termina en Guatemala. En todos los países donde operamos, apoyamos a las escuelas locales y donamos bananos para complementar la alimentación escolar. Asimismo, capacitamos a madres y niños en nuestros diferentes programas sociales. Cerca de 6,000 niños se beneficiaron el año pasado con nuestros programas sociales, marcando una diferencia significativa en sus vidas.

En el marco de la celebración del Día Internacional del Niño, el 20 de noviembre, declarado por las Naciones Unidas, y como CEO de AgroAmérica, me enorgullece que estemos contribuyendo activamente al Objetivo de Desarrollo Sostenible #4: «Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos». Tras la pandemia, este objetivo ha cobrado aún mayor relevancia, especialmente en los países en vías de desarrollo, donde los índices de deserción escolar han aumentado significativamente en las áreas rurales debido a factores económicos, migración, problemas de salud y desinterés.

En AgroAmérica, seguimos comprometidos con empoderar a las próximas generaciones, porque sabemos que, en las aulas de hoy, están los líderes de mañana.

Así como Meily sueña con volar, invito a que inspiremos a todos los niños a soñar, porque cada uno de ellos merece la oportunidad de desplegar sus alas.

¡Feliz Día del Niño!